Hace apenas unos años, los relojes servían únicamente para dar la hora o ser un complemento más. Hoy en día, los smartwatches se han convertido en aliados silenciosos que nos motivan a movernos más, descansar mejor y, en definitiva, a llevar una vida más saludable. Así lo demuestra la 2025 European Health Behaviour Survey, realizada por Ipsos y encargada por HUAWEI, cuyos resultados revelan que estos dispositivos están jugando un papel transformador en la gestión de la salud entre los europeos. Uno de los hallazgos más destacados del estudio es que más del 80 % de los usuarios de smartwatches afirman haber experimentado cambios positivos en sus hábitos diarios, como un aumento en la actividad física y una mejora en la calidad del sueño. Este cambio refleja una evolución clara: hemos pasado de limitar los dispositivos a un seguimiento pasivo de datos a utilizarlos como herramientas activas para mejorar nuestro bienestar.
Las nuevas tendencias reflejan un cambio en los hábitos de salud de los europeos.
El control regular de ciertos indicadores clave es fundamental para prevenir y detectar a tiempo muchas enfermedades. Según los profesionales sanitarios, los cinco parámetros más importantes para el seguimiento de la salud son: la tensión arterial, el nivel de azúcar en sangre, la frecuencia y el pulso cardíacos, la saturación de oxígeno (SpO2) y el electrocardiograma (ECG).
Conscientes de la importancia de estos controles y de la necesidad de hacerlos más accesibles y frecuentes, cada vez más médicos de cabecera están recurriendo a la tecnología portátil. Dispositivos como relojes o monitores inteligentes permiten a los pacientes realizar mediciones diarias desde casa y compartir esos datos con su médico. Actualmente, el 80 % de los médicos generalistas ya recomienda a sus pacientes el uso de dispositivos sanitarios inteligentes, y un 72 % desearía que estos fueran más proactivos en el conocimiento de su estado de salud y en la identificación de síntomas relevantes. El avance de esta tecnología no solo facilita un mejor seguimiento, sino que promueve una relación médico-paciente más informada y preventiva.
Salud cardiaca y ejercicio: los dos grandes impulsores del uso de wearables.
El seguimiento de la actividad física es la función de salud más utilizada entre quienes llevan dispositivos portátiles: el 68% de los usuarios los consulta a diario para controlar su ejercicio. Este hábito refuerza el papel de los wearables como aliados en las rutinas de salud cotidianas.
A pesar de que el 78% de los europeos cumple con el nivel mínimo de actividad física recomendado por la OMS, solo el 41% se marca un objetivo específico de pasos diarios. Entre quienes lo hacen, la meta media se sitúa entre 7.000 y 8.000 pasos al día, por debajo del umbral de los 10.000 pasos popularmente promovido como referencia. El porcentaje de la población de España que practica actividad física de forma regular es similar a la media europea. En concreto, un 43 % de los españoles declara alcanzar al menos el nivel mínimo de actividad física recomendado, frente al 41 % de media en Europa.
El creciente interés por el cuidado de la salud cardiaca va de la mano del auge en el uso de smartwatches. Indicadores como la presión arterial, la frecuencia cardiaca y el pulso se encuentran entre los parámetros más valorados tanto por usuarios como por profesionales de la salud. De hecho, el 53% de la población europea revisa diariamente su frecuencia cardiaca y el pulso a través de dispositivos inteligentes, consolidando estas funciones como parte de sus rutinas de bienestar. Además, el 46% de los encuestados considera que la monitorización de la salud cardiaca es una función clave en un smartwatch, y un 85% de los usuarios destaca la importancia de las funcionalidades de salud a la hora de elegir uno.
Diferencias de enfoque entre profesionales y consumidores en el seguimiento de la salud
Existen diferencias significativas entre lo que priorizan los profesionales sanitarios y lo que valoran los consumidores en cuanto al monitoreo de la salud. Mientras que los médicos consideran esenciales métricas clínicas como la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y los datos del electrocardiograma (ECG), los usuarios tienden a centrarse más en aspectos relacionados con el bienestar general, como el seguimiento del sueño, el control de calorías o la hidratación.
Esta diferencia también se refleja en la frecuencia recomendada para ciertos controles: el 58% de los profesionales sanitarios aconseja a sus pacientes medir la presión arterial al menos varias veces por semana, y un 53% sugiere hacer lo mismo con la frecuencia cardíaca.
Las recomendaciones de los profesionales sanitarios sobre el seguimiento de la salud coinciden en gran medida con las percepciones de los consumidores. Según los datos, los europeos consideran la tensión arterial como el parámetro de salud más importante (76%), seguida de cerca por la frecuencia cardiaca y el pulso. Esta alineación refuerza la relevancia de estos indicadores tanto en la práctica clínica como en el autocuidado diario.
De media, los europeos consideran la glucemia como la cuarta métrica de salud más importante (72%), justo por detrás del sueño. Sin embargo, aquí aparece una de las primeras desconexiones claras entre la percepción del público y la opinión médica: mientras que una parte significativa de la población prioriza el seguimiento del sueño, solo el 8% de los profesionales sanitarios lo considera una medida clave para la salud. En cambio, los médicos tienden a dar mayor relevancia a parámetros clínicos como la presión arterial, la glucemia o los datos del ECG.
A pesar de la desconexión que aún existe entre las prioridades de salud percibidas por los consumidores y las recomendadas por los profesionales, hay un dato revelador: el 93% de los médicos ya ha atendido a pacientes que acudieron a consulta tras recibir una alerta de salud en su smartwatch. Esto refleja no solo una mayor conciencia por parte de los usuarios sobre su bienestar, sino también una creciente confianza en los datos proporcionados por estos dispositivos inteligentes.
El papel de la tecnología en la transformación del sistema sanitario
A pesar del crecimiento en la adopción de dispositivos inteligentes, la mitad de la población europea todavía no posee un smartwatch o wearable, lo que representa una gran oportunidad de expansión para el sector. Las tecnologías de salud portátiles han ganado terreno entre los usuarios que monitorizan activamente sus datos para tomar decisiones informadas y mejorar su bienestar. Sin embargo, la mayoría aún se limita al seguimiento de métricas básicas, en muchos casos por desconocimiento o por las limitaciones de los dispositivos más antiguos.